Capitulo
1: La apuesta
El insistente reloj en forma de mano que estaba en la mesita
de luz sonaba como los mil demonios para los oídos de Carol Kane quien -como la
gran mayoría de las personas… nah, todos- no le gustaba levantarse temprano.
Después de medio minuto se molesto y decidió impactar el
reloj contra la pared cercana y volvió a acomodarse para seguir durmiendo pero
en eso, las cobijas se deslizaron rápidamente por su cuerpo haciendo que ella
sintiera un frio glacial.
―Ya levántate, floja –la reprendió la voz adulta de su
hermano mayor; su semi-padre. –Se te hará tarde… ¡CAROL! –le grito.
―Ya voy, ya voy –se quejo somnolienta y se levanto. –Ah
como jo… robas –completo antes de decir una mala palabra al tiempo en que
lanzaba un enorme bostezo, como si no hubiera dormido en años.
Minutos después se hallaba devorando un bol lleno de su
cereal favorito en la cocina de su casa, sentada en un banco sin respaldo junto
a su hermano medico.
―Escuche que hoy tendrás un nuevo compañero de Japón en tu
salón –le dijo Kyle intentando armar una
conversación matutina con su hermana.
―Pues que chismoso eres, ¿Cómo te enteraste? –hablo con el
cereal en la boca.
―No hagas eso –la regaño. –Me dijo tu maestra de algebra
ayer que fui para ver lo de tus calificaciones.
―Solo es un maldito examen, lo pasare en regularización.-exclamo
con indiferencia.
― ¿Qué clase de conformista eres tú? –dijo Kyle viéndola
con los ojos entrecerrados y una expresión incrédula. –Ni pienses en reprobar
un solo examen más, ¿me oyó bien, señorita?
―Ya acabe, ¿me llevas a la escuela? –inquirió sonriente,
ignorando el comentario anterior de su hermano.
―Universidad, Carol, universidad –le recalco su hermano.
―Si, lo que sea. –musito tomando su mochila verde y
colgándosela en el hombro.
En el camino, la joven de ojos café oscuro disfrutaba del
paisaje que tenía el camino para llegar a la universidad privada, era una
carretera de solo dos carriles y que alrededor solo había un bosque de arboles
verdes y llamativos.
― ¿Hoy no llevas lentes? –le pregunto Kyle mirándola de
reojo.
―Traigo lentillas. –informo viendo las nubes que se
apelmazaban en el cielo. -¿Lloverá hoy, hermano?
―Hay probabilidades de tormenta eléctrica. Si cuando salgas
hay mal clima no iré por ti, así que te quedas en tu dormitorio, ¿si?
―De acuerdo. –asintió a regañadientes, no le gustaban los
dormitorios de la institución.
Llegaron a la universidad. Kyle aparco la camioneta cerca de
la entrada principal y Carol bajo enseguida. La joven subió las escaleras hasta
entrar por la gran puerta principal de la universidad privada.
“Así que un compañero nuevo” pensaba la joven mientras
caminaba por uno de los tantos pasillos bulliciosos y llenos de estudiantes del
instituto que alguno que otro chocaba con ella por accidente mientras llegaba a
su aula correspondiente.
Llego a su salón de clases donde su mejor amigo ya la
esperaba. Al parecer como siempre, ellos eran los primeros en llegar.
―Hola, Toma –saludo la chica.
―Carol –sonrió el muchacho alto. Toma era un joven alto y
desgarbado, su piel era apiñonada y su cabello liso era de color rojizo claro. Esa
mañana traía unos lentes enmarcados a pesar de no tener necesidad de usar
lentes, sino lo hacía por moda.
―Requiero que me pases la tarea de algebra, no la hice porque
no tuve tiempo. –le pidió la joven mientras
tomaba asiento en su lugar, a un
lado de Toma.
― ¿No tuviste tiempo o no supiste hacerla? –la miro con
duda.
―De acuerdo, me atrapaste. –suspiro. –No le puse atención a
la maestra ayer.
―Así menos vas a pasar algebra, niña –la regaño con
dulzura. –Si quieres yo te explico.
―Pero no hay tiempo…
―Descuida, el prefecto vino y dijo que la profesora no
vendrá hoy por incapacidad, parece que se enfermo.
― ¿Es enserio? Agh y yo que me levante temprano –se quejo
con rabia.
―Bueno, tenemos una hora para que aprendas lo que no
aprendiste en toda la semana.
―Eso es cruel, Toma.
―Lo siento –sonrió y le dio un beso en la frente. –Sabes
que te quiero.
Carol le sonrió a duras penas y se volteo para acomodarse en
su lugar y sacar su cuaderno. Siempre se preguntaba por qué Toma le decía ese
tipo de cosas a ella, suponía que la apreciaba mucho como amiga, pero ella
nunca sabia como contestarle esas muestras de afecto, y vamos, lo afectuoso a
ella no se le daba ni en 0.00000000000001.
― ¿Sabes que llegara un estudiante nuevo a nuestra clase?
–le pregunto Carol a Toma tratando de olvidar el
último comentario de su amigo.
―Si, de hecho es un amigo mío –musito perdiendo un poco su
sonrisa. –Creo que lo conoces.
― ¿Es Yuu? –intento.
―No
― ¿Hiro-san?
―No.
― ¡ay, dime! ¡No seas malo! –suplico.
―Jeje, no, mejor que
sea sorpresa.
― ¡Maldito!
Toma le explico los problemas de ese día y después se
enteraron de que la siguiente hora también era libre dado que la profesora había
tenido un fuerte problema familiar. Eso ya era el colmo. ¡Dos horas libres!
Carol buscaba escapar de Toma un momento, puesto que de
seguro la invitaría a desayunar junto a él o algo así y ella no tenía hambre y
mucho menos tenía ganas de hacerle el feo por lo que enseguida se salió del
salón casi corriendo luego del aviso del prefecto.
Salió afuera de la universidad y decidió leer un buen libro
bajo la sombra de su árbol favorito que se encontraba en el jardín grande que
tenía algunas pendientes, pero no vio venir al chico de la patineta que por
esquivarla termino aventándola y Carol fue rodando por la pendiente en un acto
de lo más dramático y de pasada sintió que se llevo a alguien de encuentro.
Cuando termino aquella excesiva caída, se incorporo a la mitad avergonzada.
― ¡Lo siento! –se disculpo con el muchacho que había atropellado
y que estaba tirado junto a ella. El muchacho de cabello liso y negro la miro
confundido, posiblemente por el golpazo que se había dado. –Ah??? Pero si tú
eres… ¡Yamashita Tomohisa-san! –musito sorprendida. – ¡Ay por Dios! Casi mato a
una celebridad –musito ahora preocupada.
Yamapi que hasta ese momento lucia serio, sonrió al ver a la
chica preocupada llena de ramitas y hojitas que había recopilado del césped
verde. De repente él lanzo una risita pequeña.
― ¿Qué? –pregunto Carol sin saber porque se reía.
―Tienes hojitas en el cabello. –sonrió el joven y empezó a
ayudarle a quitarse las hojitas y ramitas.
―Como lo siento –decía Carol.
―Soy nuevo en la universidad, ¿me harías el favor de
decirme donde está el salón B-4? –pregunto el muchacho con cortesía mientras se
levantaban.
― ¿C-como? ¿B-4? El B-4 es mi salón de clases.
― ¿Majide? ¡Entonces estas con Toma! –exclamo sorprendido y
de buen humor.
―Si, así es –sonrió ante tal coincidencia. -¿Quieres que te
lleve al salón?
―Si no es molestia…
―Ninguna n_n vamos.
De nuevo, Carol subió los escalones hasta la entrada y
camino por los pasillos esta vez libres de la congestión de gente de la mañana
y dio algunos giros hasta llegar al aula donde solo estaba Toma escribiendo en
una libreta. El muchacho de cabello castaño claro; Toma, sonrió ampliamente al
ver llegar a su amigo de años; Yamapi.
―Hombre, siglos de no verte –sonrió Toma levantándose de su
lugar para saludar a Yamapi. Enseguida se dieron un abrazo amistoso. Carol no quería
interrumpirles el momento por lo que poco a poco se iba haciendo para atrás e
irse por la puerta. Cuando estaba a un paso de salir…
―Carol –la llamo Toma inmediatamente y fue hasta ella para
jalarla suavemente de la mano y llevarla frente a Yamapi. –Te presento a Carol,
mi novia –sonrió Toma.
―Hola… ¿que? –exclamo Carol y volteo a ver a su amigo quien
le miro con suplica. –Gusto en conocerte
formalmente, Tomohisa-san –le tendió
la mano para saludarlo.
― ¿Así que tu eres la novia de Toma? –Sonrió -¿Por qué no
me lo dijiste antes? Tropecé con ella esta mañana, Toma. –le dijo Yamapi.
―Yo diría más bien que te arrolle –corrigió Carol mientras
Toma los miraba sin entender a lo que se referían.
―Es que cayó por la pendiente y me llevo de encuentro
–musito Yamapi.
― ¿Enserio? –inquirió Toma sorprendido. -¿Y te encuentras
bien? –le pregunto a Carol.
―Sí, sí, nada de que preocuparse.
― ¿Señor Yamashita? –llego el prefecto hasta ellos. –Vengo
siguiéndolo todo el camino para guiarlo a la dirección, primero tiene que ir
allí.
―Oh, lo siento mucho, no lo vi –se disculpo Yamapi.
El prefecto viejo se llevo a Yamapi rumbo a la dirección
dejando solos a Toma y Carol.
― ¡¿Novios?! –grito Carol dándole una palmada en el brazo a
su amigo.
―Auu. –se quejo sobándose el brazo. -¿Qué querías que
hiciera?
―Todo menos involucrarme. ¿Sabes en lo que me has metido
―Vamos, ser mi novia no es tan malo. –la convencía.
― ¡No soy tu novia! –le reitero. –Y más vale que no me
vayas a pedir favorcitos.
―En verdad perdóname. No tenía opción, Yamapi y yo
apostamos que si no me conseguía una novia, él elegiría mi conquista.
― ¿Y en todos estos meses no pudiste conseguirte una novia
real? –lo regaño.
―Es que… se me olvido. –declaro con vergüenza y la voz en
un hilito.
― ¿Se te olvido? –lo miro con ojos entrecerrados. -¡No
tienes vergüenza!
― ¿Estas muy enojada?
― ¡SI! ¡Y mucho! – contesto caminando fuera del salón a
pasos de ogro y con una peligrosa aura negra que decía “si te me acercas no
vives para contarlo”.
En verdad que la idea no le había hecho gracia en lo más mínimo.
Toma se sintió mal al ver la manera en que su amiga había reaccionado, no era
para tanto, ¿o sí? A menos que… a menos que le interesara alguien, algún
espécimen raro de su salón de clases, o de la entera universidad, las
posibilidades eran infinitas. Sin embargo, de algo estaba seguro, a Carol debía
gustarle alguien para que hubiera reaccionado de esa forma. De todas formas, él
quedaba a un lado, ella siempre lo vería como un amigo, solo un maldito amigo,
vaya cliché.
La chica de cabello recogido forever se sentó de mala gana
en una banca de madera y cruzo los brazos en señal de no estar en el mejor
humor humano.
― ¿What´s up? ¿Por qué esa cara? –le pregunto una chica de
cabello cortito que había llegado a
sentarse junto a ella.
―Agh, Lucky, no sabes lo que me hizo Toma –se quejo con
dramatismo, raro en ella (sarcasmo).
―Pues es obvio que no sé, ni que te leyera la mente.
― ¬¬ Okok, ya entendí. Lo que pasa es que… ¡le mintió a un
amigo suyo!
― ¿Y eso a ti qué?
― ¡Que le mintió diciéndole que yo era su novia!
―Bueno, es que él te quiere.
―Ya sé que somos amigos, pero eso es pasarse de confianza.
Y no es que me preocupe conservar mi status de soltera, pero tampoco quiero que
me reconozcan por tener novio, puede que al final nos descubran y quedemos como
unos mentirosos.
―Carol, deja de ahogarte en un vaso de agua, ¿quieres? No
es para tanto, considéralo un favor para Toma. Y con respecto a lo que te dije
de que él te quería, yo me refería a…
― ¡Carol! –llegaba Toma por el pasillo.
―No me hables ahora, a la última persona que quiero ver en
este momento es a ti –musito levantándose rápidamente para irse de allí.
Toma se sentó en la banca junto a Lucero, visiblemente
derrotado.
―Me odia. –concreto el muchacho.
―No te odia –sonrió su compañera de clase. –Deja que se le
pase el coraje y vendrá a pedirte disculpas por cómo se porto. Ya sabes lo
drama que es Carol.
―Gracias, Lucky, pero nunca la había visto tan enojada.
―Intente decirle que tú la querías más que un amigo.
― ¿EH? –se asusto el joven. – ¿Y qué te dijo?
―Bueno, ella lo interpreto de otra manera. Sigue creyendo
que la quieres como un amigo.
―Ohayo –saludo un sonriente Mamoru; el novio de Lucky.
―Ohayo, Mamoru-kun. –le saludo Toma.
― ¿Y a ti que te pasa? Nunca me habías saludado con tanta
efusión –exclamo con sarcasmo.
―Si me disculpan –se levanto Toma. –Iré a quitarme la
depresión con helado de vainilla, conpermiso.
―No entendí absolutamente nada –le dijo Mamoru a Lucky.
―Es que Carol se peleo con Toma por primera vez, el pobre
anda que no lo calienta ni el sol.
― ¿Tanto así? O.O ¿Pues que le hizo Toma? –Mamoru se sentó
junto a su novia; la sagaz Lucky, mientras ella le platicaba todo el drama que
se había desarrollado esa mañana entre Toma, Carol y Yamapi. – ¡Oh por Dios!
¿Un triangulo amoroso? ¡Que emoción! ¡Nyann!
―Mamoru –lo regaño Lucky.
.o0o.
Las clases matutinas
continuaron sin problemas después de la tercer hora. Hora que fue un suplicio
para Toma, hora en que Carol se la paso rompiendo los papelitos de disculpa por
parte de su amigo, hora en que Yamapi veía a aquellos dos confundido, ¿no se
suponía que eran novios?
―Toma, ¿Qué le sucede a tu novia? –le pregunto Yamapi
mientras estaban en los 10 minutos de descanso que daban por cada clase. -¿Se
pelearon?
―Algo así –contesto Toma desganado. –Pero no es nada de
cuidado –sonrió un poco para mostrarse convincente.
―Oye, como tú cumpliste la apuesta, creo que debo pagarte,
¿no?
― ¿Los 300 dlls?, olvídalo amigo, no tiene caso.
― ¿Are you sure?
―Sí, sí, no matter.
―Te vez raro –lo miro Yamapi, pero no pudo decirle nada más
cuando entro la profesora de la clase que seguía.
Cuando las labores estudiantiles terminaron, muchos de los
estudiantes prefirieron no regresar a casa y quedarse en sus dormitorios, pues
afuera del instituto el clima era terrible, una fuerte tormenta eléctrica se
había dado el lujo de aparecer unos minutos antes de la hora de salida de
algunos grupos.
―Carol –la había alcanzado Yamapi en el pasillo. –Hola. –la
saludo con una sonrisa encantadora.
―Hola.
―Me parece que te has peleado con Toma.
―…esto –ella no tenía la mínima idea de qué contestar. Por
un lado, estaba su amigo, Toma siempre la ayudaba con los estudios y éste sería
el primer favor que le hiciera ella, pero por otro lado, quería decirle la
verdad a Yamapi, solo que… ¿por qué?
―Carol, ¿me acompañas a comer? –pregunto Lucky apareciendo
como el hada madrina de la pobre chica en apuros.
―Tengo que irme, nos vemos –se despidió con una sonrisa y
se dirigió a su amiga. –No sabes de la que me has salvado. –lanzo un suspiro de
alivio.
― ¿Sigues con el drama de “novia”? No veo en qué pueda afectarte a menos que…
jiji
― ¡No me gusta nadie, Lucky! –reitero enseguida.
―Que conste que yo no dije nada, ¡tú te descubriste sola! –se
rió Lucky.
― :O ¡malvada!
― ¿Quién te gusta? –la interrogo Lucero emocionada.
―N-nadie.
― ¡Tartamudeaste! –la apunto con la mano.
―Lucky T_T
―Está bien, está bien. Pero sé que te gusta alguien. –agrego
lo ultimo mas para sí misma. -¿Quién era el muchacho con el que estabas?
―Ah, es un amigo de Toma, se llama Yamashita Tomohisa. Está
en mi clase.
―Oh vaya, ¿es el famoso amigo con el que Toma hizo su
apuesta?
―Ese merito.
― ¿No será que él te gusta y por eso no quieres mentirle?
―Lucky, hoy amaneciste muy cruel –se quejo Carol.
―Que raro, no era así antes de conocerte, debe ser
contagioso xD
― ¬_¬ Y solo para que lo sepas, no me gusta Yamashita-san,
no me gusta y NO me gusta.
―Eso es bueno –musito Yamashita Tomohisa (Yamapi) detrás de
ella, sorprendiendo a las chicas. –Sigue siendo fiel a Toma, ¿quieres? –le
sonrió levemente.
―Un momento, ¿Qué me estas queriendo decir con eso? –se
encabrito Carol.
―Oh no, esto no terminara naaaaada bien –dijo Lucky para sí
misma.
―Solo que sigas siendo fiel a Toma, es todo.
―Eso es algo que no tienes que decirme, es como si me
dieras una orden, ¿sabes? –decía Carol. –Como si yo fuera algún tipo de zorra
que necesita que le digan que hacer.
―Yo no lo dije con esa intención, cada quien ve las cosas a
su manera, si lo malinterpretaste…
―Yo no malinterprete nada, tú crees que yo soy una zorra,
¿cierto? Pues déjame decirte que yo nunca me he fijado en NINGUN hombre en mi
vida… ah, ¡hasta que apareció Toma, claro! –agrego inmediatamente acordándose
de que era la “novia” de Toma. –Así que… no vuelvas a…
― ¿A qué? ¿A insultarte, ordenarte, advertirte, amenazarte?
¿Qué más te hice sin querer, eh? ¿También te ofendí? ¿Algo más? –dejo un
espacio para que Carol dijera algo, sin embargo, la chica no abrió la boca.
-¿Sabes? Las personas como tú que arman líos por la nada, son tan molestas.
Carol se quedo con la boca abierta, sorprendida de lo que le
había dicho en persona uno de sus idols favoritos, debía ser como la muerte.
―Muy gallito, ¿eh? –se metió Lucky. -¿Por qué le dices ese
tipo de cosas? ¿Acaso no eres un caballero? Ja, claro que no, solo eres el
típico artista mimado.
―Con permiso –declaro Yamapi retirándose del lugar antes de
hacer el problema más grande.
―Es un… imbécil –al fin pudo hablar Carol.
― ¿Daijobu? –inquirió su amiga.
―Hai-hai. Solo necesito descansar un poco, creo que iré a
mi dormitorio. Nos vemos luego, Lucky-senpai. –se despidió Carol de manera melancólica.
Lucky-senpai. Carol
nunca usaba los sufijos japoneses a menos que estuviera lo demasiado triste o
decaída para darse cuenta de que los había usado. Lucky se preocupo por ella,
pero prefirió dejarla descansar un poco, era lo mejor, ya hablaría con ella una
vez que estuviera descansada y con la mente despejada.
Mientras tanto, iría a hablar con Toma de lo sucedido.
.o0o.
Ikuta Toma, uno de los idols más influyentes en Japón había
tomado la decisión de terminar la universidad en América y se había matriculado
en una universidad privada para evitar a los paparazzis y fans; no era nada en
contra de ellas, pero sería difícil estudiar si a todas horas le seguían sus
chicas.
De sus compañeros, pocos le hablaban, y con la que mejor se
identificaba era con Carol; una extraña chica de buen humor que siempre lo
hacía reír. Junto a ella, había conocido también a Lucero, a quien todos le
decían Lucky, y a su novio; Mamoru.
Todo iba bien, de maravilla, hasta que sus ojos se posaron
en Carol. Y con el ingreso de Yamapi a la universidad de ellos solo empeoro las
cosas. Toma sabia lo mucho que Carol admiraba a Yamapi y el solo hecho de
pensar que su amigo se llevaría toda la atención de ella le hacía pensar en un
plan para que Yamapi no se acercara a Carol. Y el plan había surgido de manera
instantánea cuando Toma presento a Carol como su novia. Si bien había logrado
poner un alto a los ojos de Yamapi para que no se fuera a fijar en Carol, la
chica ahora mismo le profesaba odio puro, y eso lo hacía sentirse desesperado.
Quería arreglar las cosas ya, pero no sabía cómo.
― Buck Tick –declaro Toma con una sonrisa. Buck Tick era el grupo japonés favorito de Carol,
definitivamente le regalaría su Cd especial de esa banda a ella con tal de que
lo perdonara por lo que a toda prisa, tomo el disco y fue corriendo a buscar a
Carol hasta su dormitorio. Abrió la puerta que por extraño que pareciese -o por
un descuido de Carol- estaba abierta.
La encontró recostada, pero ella inmediatamente se levanto
al verlo allí.
― ¿Qué no te enseñaron a tocar la puerta? –reclamo Carol en
un tono menos severo de lo que Toma se esperaba.
― He venido a darte un obsequio. –musito enseñándole el
disco de Buck Tick que tenia grabado el live clásico de Climax Together.
Los ojos de Carol se abrieron de par en par al ver tan mítico
material.
― ¿Estás loco? ¿Cómo crees que me vas a regalar eso? –dijo
ella entornando los ojos.
―Es para que me perdones. –se justifico con una sonrisa
nerviosa.
―Toma-kun… no… ¡no seas estúpido! –le grito. – No vayas por
la vida intentando arreglar tus problemas sociales regalando discos de Buck
Tick. –musito con una mirada desaprobatoria.
―Solo lo haría por ti, dado que te encanta este grupo.
―No voy a aceptarlo, si yo lo tuviera, ni siquiera me
atrevería a obsequiártelo ni ante la más grande de las disputas que podamos
tener en nuestras vidas, lo digo enserio.
― ¿Entonces qué quieres que haga? –inquirió el muchacho con
desesperación.
Ella lo miro por unos instantes sin hablar y después dijo: ―Solo
deja que se me pase el coraje y no le regales ese disco a nadie en el mundo, es
tuyo.
―De acuerdo. Carol, lo siento –musito antes de cruzar la
puerta.
Carol vio esa mirada triste en él que nunca había visto. Se
sintió horrible de dejarlo ir en ese estado, quería correr y detenerlo, decirle
que olvidaran todo y fueran los amigos de siempre, pero no se atrevió, no
sabría que decirle exactamente a la hora de tenerlo enfrente.
.o0o.
La tormenta no daba para más, había estado lloviendo toda la
tarde y ya eran las tres. Carol esperaba con impaciencia en una banquita cerca
de la salida a que la lluvia dejara de caer, no era que la lluvia le
desagradara, sino que no le gustaba dormir en la universidad.
― ¿Sigues torturando tu mente asegurándote que no te gusta
Tomohisa-san? –Lucky se sentó a un lado de ella con una revista y una actitud
de lo más alegre.
― No me gusta ese tipo –aseguro Carol con indiferencia.
―Pero si tú me dijiste que lo amabas. –le recordó Lucky.
―Amo sus personajes, a él no ¬_¬
― Tengo un test para saber si te gusta alguien, solo
responde “si” o “no”. –musito Lucky. Carol no tenía ganas de hacer eso, pero
antes de que replicara, Lucky ya le estaba haciendo la primera pregunta.
–Haber, ¿Discutes mucho con él?
― Es el primer día y ya siento que lo odio, ¿eso responde
tu pregunta?
― Solo di “si” o “no” –pidió Lucky.
― Si.
―Ok, segunda pregunta: ¿Sientes que quieres que él te
entienda?
―Sí, un poco.
―Tercera pregunta: Estando cerca de él ¿Te pones nerviosa o
agresiva?
―Sip.
Enseguida, una amplia sonrisa se extendió por el rostro de
Lucky.
― ¿No hay más preguntas? –inquirió Carol.
―Nop, la respuesta dice que si obtienes tres “si”… ¡Te
gusta ese chico! :D
― ¡QUE! –grito Carol.
― Así que te gusto, ¿eh? –musito Yamapi a unos pasos de ellas con
una actitud reprobatoria.
― Ni te creas tanto, nunca te fíes de un estúpido test. Solo son
tonterías –espeto la chica de cabello recogido para después irse de allí a la
velocidad de la luz mientras Lucky miraba de forma hostil a Yamapi.
El joven de cabello negro y liso no se esperaba aquella reacción
en Carol, a decir verdad, esperaba la típica escena de la chica sonrojada sin
poder hablar al ser descubierta por el chico que le gustaba. Carol era rara,
por no decir bipolar. Al principio, cuando la conoció, se portaba de lo más
amable con él y de acá a un par de clases ya le había declarado la guerra.
“Es tan molesta” pensó Yamapi.
.o0o.
Apenas iban a caminar hacia la clase de Economía cuando Yamapi les
tapo el paso a Toma y Carol.
―Tengo que preguntarles algo –les dijo Yamapi. -¿Ustedes realmente
son novios? –los vio con ojos entornados llenos de dudas.
Carol y Toma respondieron al unísono, pero con diferentes
respuestas, Toma que “No” y Carol que “Sí”.
―Gracias, Carol –le sonrío Toma. –Perdóname por obligarte a mentir
por mí. –después dirigió su vista a su amigo pelinegro. –No, no somos novios,
solo somos amigos. Gomen. No quería que fueras a burlarte de mí por no haber
conseguido novia, así que le pedí a Carol que mintiera.
―Viejo, ¿Cómo crees que me voy a burlar de ti? –sonrió Yamapi.
―Bueno –interrumpió Carol. –Yo los dejo para que hablen, ¿ok?
–exclamo y después siguió el camino a la clase de Economía.
―Toma, te gusta Carol, ¿cierto? –Toma solo sonrió aun mas,
respuesta suficiente para Yamapi. –Entonces, como tú perdiste la apuesta, yo
puedo elegir a tu conquista –le recordó. –Tu conquista será… Carol. –dijo al
fin.
― ¡¿NANI?! -grito Toma a todo pulmón. – ¡Es-es-espera!
―Suerte, compañero –sonrió Yamapi ampliamente mientras le palmeaba
el hombro al pobre Toma dejándolo casi en shock mientras el muy inocente
pelinegro retomaba su camino a la clase de economía.
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